miércoles, 3 de junio de 2009

04 de Junio : Día de la Cultura Afroperuana




“La madre del decoro, la sabia libertad. El mantenimiento de la República y el remedio de sus males sobre todos los demás, la propagación de la cultura”
José Martí




Las culturas nacionales de América y el Caribe deben una parte significativa de su formación histórica a la diáspora y poblamiento de africanos esclavizados durante los siglos XVI al XIX. La cultura, en esta parte del mundo, no sería lo que es sin el aporte africano. Cocina, religiones, leyendas, música, poesía y danzas negras, constituyeron la acotación más grande en esta fusión cultural increíblemente formidable y multiforme.
En el Perú, los antiguos africanos y sus descendientes, enriquecieron y contribuyeron a la formación de lo peruano y la peruanidad, con múltiples aportes, desde el ámbito religioso hasta el mismo idioma.

04 de Junio, día de la Cultura Afroperuana, es necesario reflexionar acerca de los aportes de los afrodescendientes a la cultura de nuestro país, y rescatar los nuevos valores que continúan con la revalorización y difusión del arte negro así como la lucha por su reconocimiento. Asimismo, reflexionar que, en nuestro país, sólo los aportes culturales de los afro son aplaudidos, pero ¿qué hay sobre los escenarios políticos, económicos y de poder? Es mínima la presencia afro en estos espacios. Y es ahí hacia donde debe apuntar, ahora, la mirada de liderazgo.

María Rostworowski plasmó, en la historia, su preocupación por la valorización de la contribución cultural, étnica, política y religiosa de los negros en América, en “Lo africano en la cultura criolla”, libro editado por el Fondo Editorial del Congreso del Perú, en el año 2000.

Hoy, la posta de la revalorización y el rescate de estos aportes es tarea no solo de los afroperuanos, sino de todos los peruanos y amantes de la cultura negra.

El esfuerzo de los afrodescendientes va desde el momento mismo de su llegada violenta (sería mejor decir violentada) a este continente. La lucha sistemática colectiva dio, como resultado, que concluya, por fin, la peor barbarie que vio y vivió la humanidad: la esclavitud. Lágrimas, sudor y sangre fueron el precio que los ancestros negros pagaron en la búsqueda de los derechos humanos.

Heroicamente, los negros han tenido que ir ganándose, de a pocos, el ser reconocidos como humanos, sujetos de todos los derechos. Desde la compra de su libertad, el cimarronaje (huida para establecer pueblos independientes), los ancestros negros supieron aportar en el proceso de formación del Perú; sin embargo, son limitados los estudios que resaltan las obras y vidas de los negros que se destacaron en la sociedad peruana en diferentes épocas.

La actividad cotidiana e integración de los negros, durante la Colonia, fue plasmada en las famosas acuarelas de Pancho Fierro. Asimismo, los afroperuanos fueron retratados por López Albujar en “Matalache”, o incorporados a una suerte de drama neorromántico. Posteriormente, fueron asimilados, desde una perspectiva racista, por el discurso de José C. Mariátegui como “aquellos que habían aportado erotismo y lujuria –que en estos tiempos no es ni bueno ni malo— cuando los negros, repartidos en palenques y haciendas de todo el país, hicieron crecer esta nación con su aporte laboral, como lo expone y reconoce Javier Mariátegui, al resaltar el aporte de Martín de Porres en la medicina, nombrándolo precursor de la medicina integral.

Los aportes continúan en la historia, aunque no se encuentre en enciclopedias escolares la acotación de los “héroes de coló”, como el Grumete Alberto Medina Cecilia, quien peleó, junto a Miguel Grau, en el Huáscar durante la Batalla de Angamos. Igualmente, se baila una marinera, sin conocer que esta danza del pañuelo alzado tiene sus raíces en los ritmos africanos.

La búsqueda de una identidad entre los afroamericanos, motivó a esta parte de la población peruana. Los años 40 marcan el inicio del proceso organizativo afroperuano con visión cultural, logrando insertar la música y el arte negro de los célebres Nicomedes Santa Cruz y Amador Ballumbrosio Mosquera, así como de artistas anónimos de Zaña. Y, en la década del 70, se ganó el Primer Festival Afro-Musical, con la agrupación Perú Negro. Así, la cultura afro se comenzaba a visibilizar como parte de la cultura peruana.

Casi 66 años después, se dio un gran paso hacia el reconocimiento del aporte de los afroperuanos a la riqueza económica, cultural, artística y a la identidad de nuestra nación. La representación afro en los espacios de poder se dio, recién, en este nuevo milenio, y a iniciativa de la entonces congresista afrodescendiente Martha Moyano Delgado, la Comisión de Amazonia, Asuntos Indígenas y Afroperuanos, en el pleno del Congreso de la República, aprobó, en mayo del 2006, la Ley Nº 28761, que declara el 04 de Junio de cada año como “Día de la Cultura Afroperuana”, en homenaje al natalicio de don Nicomedes Santa Cruz, máximo exponente de la cultura y afroperuanidad. Esta señera disposición fue publicada el 20 de junio del mismo año, en el diario oficial El Peruano.

“… La etnia afroperuana, gracias a su propio esfuerzo y sacrificio cotidiano, ha contribuido, junto a otras, a la forja de la nación peruana, en un contexto de diversidad cultural…”, rezaba uno de los fundamentos para la aprobación de esta Ley, con la que el Perú se unía al círculo de países latinoamericanos que dedican un día al año a celebrar y reflexionar acerca de los aportes de los afrodescendientes a la cultura de sus respectivos países, entre los que se encuentran Costa Rica, República Dominicana, Honduras, Panamá, Ecuador, Brasil y Colombia.

“Un negro solo es una brisa, mil negros juntos somos un huracán”, decía Susana Matute, eterna militante del MNA, que como todos los/as afroperuanos/as, con sus distintas labores y profesiones, lucha por un Perú mejor.

Transcribo lo señalado por Rosa María Mosquera, Lic. En Ciencias de la Comunicación y Alumna de la Maestría en Comunicación Social de la UNMSM, como un homenaje no realizado a los Afrodescendientes en su Cuna yt Capitl del Arte Negro Nacional y como una crítica a sus autoridades. No esperemos un siglo mas para reconocerlos.

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