“La sexualidad no es pecado. Profesar una religión y ejercer mis derechos sexuales y reproductivos no me hacen una pecadora”, así lo proclama Eliana Cano, coordinadora de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), organización sin fines de lucro que acaba de iniciar sus actividades en nuestro país, cuyo objetivo es ser una voz diferente que desea una Iglesia más justa y acorde al contexto actual.
Según dijo, en la actualidad algunos de los dogmas que pretende imponer la jerarquía eclesial de la Iglesia Católica, a través de los discursos autoritarios que imparten a los feligreses, hacen sentir culpa y temores a los hombres y mujeres que desean vivir su sexualidad, atropellando así su libertad de conciencia, valor fundamental en el ejercicio de nuestros derechos.
Según dijo, en la actualidad algunos de los dogmas que pretende imponer la jerarquía eclesial de la Iglesia Católica, a través de los discursos autoritarios que imparten a los feligreses, hacen sentir culpa y temores a los hombres y mujeres que desean vivir su sexualidad, atropellando así su libertad de conciencia, valor fundamental en el ejercicio de nuestros derechos.
“Todos y todas están en la capacidad de decidir qué hacer, cómo, cuándo y con quién. Respetándose y respetando, cuidándose y cuidando al otro. Por ello, como católicas cuestionamos algunos dogmas de la jerarquía eclesial en este terreno y creemos en un Dios más justo, más conciliador, más humano y respetuoso de la diversidad”, sostuvo.
Asimismo, hizo referencia a la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES Continua 2004 -2006) que indica que el 70% de las mujeres en edad fértil ha usado alguna vez métodos anticonceptivos. Comentó que ello refleja que “la mayoría de mujeres en el país hacen o han hecho uso de su derecho a decidir sobre su cuerpo y sexualidad, lo cual es una conducta ética”.
Cabe indicar que CDD Perú también pide cambios al Estado, sus instituciones, autoridades y funcionarios, quienes tienen la obligación de legislar y construir políticas públicas que respeten y garanticen los derechos de todos y todas por igual. Igualmente demandan un Estado laico autónomo y que no privilegie ni promueva religiones. Sobre todo, cuando se trata de formular, implementar y sostener políticas públicas en el campo de la salud sexual y reproductiva.
Tomado de "Periodismo en linea.com"
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