Sin embargo, tener a 1050 personas sentadas varias horas bajo el sol, con el único propósito de poder conformar el mayor grupo de cajoneros que se pudiera logar, y luego verlos interpretar juntos una pieza musical...es de una importancia y una emotividad tremenda!
Aquella caja, elevada por el negro a la categoría de instrumento musical -como dijo Castellanos- se cobraba revancha y se convertía en noticia de primeras planas que salían al extranjero por las agencias y hasta fue tema de conversación de aquellos que jamás le dan crédito a las expresiones Populares.
El verdadero fin de esto, y de ahí la importancia del Guinness obtenido, es promocionar el cajón, el festival y nuestra música...si eso no se logra, el premio sirve poco. Muy agradecido con todos los que hicieron posible el evento y también a todos los que nos enviaron felicitaciones.
Sinceramente,
Rafael Santa Cruz
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