lunes, 1 de junio de 2009

ANIVERSARIO DE ACCION POPULAR


Me cupo el honor de haber sido populista desde los 18 años, inscrito en el distrito de Magdalena del Mar en Lima en el año de 1978. Dentro del caminar escolar, pasé desde la misa dominical al Plan Tupac Amaru de Velasco y el Libro Rojo de Mao. Hechos que me hicieron asumir una posición crítica y de izquierda.

En 1977,terminaba yo el Colegio Champagnat y al mismo tiempo regresaba al Perú, luego del exilio impuesto por los militares, el mas grande demócrata existente en nuestra historia. Don Fernando Belaunde Terry, el hombre de las frases profundas como "ADELANTE", "EL PUEBLO LO HIZO", ante la historia conocida por los mayores pero no velada aun para los jóvenes me permito transcribir un extracto de uno de los actos mas importantes en la historia política de Fernando Belaunde, ...... El 9 de setiembre de 1955, el general Odría, presidente del país, dirigió un mensaje a la nación en el que afirmaba que “entregaría las insignias de mando al ciudadano que elija el pueblo” en las elecciones del próximo año. También se refirió al Apra, a la que llamó ‘secta terrorista’ y se lamentaba de no haber podido acabar con ella. Asimismo, afirmó que no aceptaría ninguna de las demandas de la Declaración del 20 de Julio de ese año, en la que prominentes ciudadanos exigían la derogatoria de la Ley de Seguridad Interior por la que se proscribía a algunos partidos políticos, la Reforma del Estatuto Electoral que garantizara elecciones limpias y, esencialmente, exigía una amnistía general que permitiese que los ciudadanos pudiesen no sólo elegir sino también ser elegidos. En este clima político tan enrarecido, tres fueron las candidaturas que finalmente se presentaron: la de Manuel Prado (que contaba con el apoyo del Apra en busca de su legalización), la de Hernando de Lavalle apoyado en los sectores financieros más recalcitrantes del país y la de Fernando Belaunde Terry, joven arquitecto que venía auspiciado por el Frente de Juventudes Democráticas, sus alumnos de la universidad de Ingeniería.En un país acostumbrado a candidatos bastante maduros, la presencia de Belaunde, de 44 años, resultaba no sólo una ráfaga de aire fresco en la contienda electoral, sino también preocupante. Así lo intuyó la dictadura, que buscaba que sólo hubiera dos candidatos que no perturbarse el equilibrio de fuerzas, y buscó la manera de cerrarle el paso. El mecanismo que utilizó fue el propio Jurado Nacional de Elecciones que retardaba su inscripción faltando sólo 17 días para los comicios; y el argumento: que “no había presentado el número de firmas exigido por la ley”. La respuesta del candidato y sus seguidores no se hizo esperar.Convocaron a una manifestación de protesta en el centro de Lima, en la Plaza San Martín, para el 1 de junio, día en que vencía el plazo para la inscripción de candidatos. Desde ahí se dirigieron a Palacio por el jirón de la Unión cuando al llegar a la Plaza de la Merced, la policía les salió al encuentro. “Hasta aquí nomás”, les dijo el oficial a cargo de la tropa enviada para detenerlos. Intentaron continuar a los gritos de “¡A Palacio, A Palacio!”, pero el rochabús y la caballería arremetieron con tal fuerza que los hizo retroceder hasta el jirón Cusco, hoy Emancipación. Es entonces cuando Belaunde, armado sólo de una bandera peruana, se dirige solitario hasta donde está la policía, quien arremete nuevamente con mayor fuerza. Empapado, llega hasta donde el jefe de la policía y le extiende el ultimátum al gobierno exigiendo su inscripción. Como no hay respuesta, intentan nuevamente llegar a Palacio. Belaunde, que iba a hombros de sus partidarios, es derribado por un chorro de agua que le produce una herida en la frente. Minutos después llega la noticia: la inscripción ha sido aceptada. Si hay instantes que son decisivos en la vida de los hombres, segundos interminables en que se define un destino, el de Belaunde fue éste. Su momento de gloria.Belaunde no ganó las elecciones, pero conquistó el futuro. En 1963 logró la presidencia, de la cual sería expulsado por el cuartelazo de 1968 del general Velasco, tan venerado hoy en día. Luego de doce años de dictadura militar, la ciudadanía lo reivindicó eligiéndolo nuevamente presidente en 1980. Cuando murió en junio de 2002, hasta sus más severos críticos destacaron su lugar en la historia política peruana. Un lugar que nació de un rudo ‘manguerazo’ de agua fría en una gélida noche de junio. (fuente: www.reporterodelahistoria.com)

Han pasado 54 años, yo, desde hace 15 dejé de pertenecer a Acción Popular, traidores y peculadores me hicieron renunciar al movimiento que me tocó guiar en las elecciones de 1993 en Cañete como Candidato, pero una recua de inmaduros políticos prefería esconder los oprobios al pueblo de Cañete por beneficio propio que denunciar. Como hombre de bien me tocó renunciar y denunciar a aquellos que luego la Justicia se encargaría de sentenciar. Pues bien, fuera del partido pero con un amor profundo por el Arquitecto esbozo estas letras, con el único propósito de llamar a la reflexión de aquellos quienes me lean.

Hoy existe un PERÚ COMO DOCTRINA dentro de nuestro Cañete inexpugnable, HOY Hay un Pueblo que hace sus obras sin apoyo, UN PUEBLO QUE LO HACE hoy hay una compromiso por sacar a Cañete ADELANTE.

Sean los vientos del recuerdo de este gran demócrata aquellos que nos empujen en la lucha por el desarrollo y bienestar de nuestra querida provincia.

Hasta mas vernos

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