martes, 12 de enero de 2010

La Libreta de Calificaciones


Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a la escuela de mi hijo..

- No olviden venir a la reunión, es obligatoria - fue lo que la maestra escribió en el cuaderno del niño.

- ¡Pues qué cree la maestra! ¿Cree que podemos disponer del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera qué importante era la reunión que tenía a las 8:30 a.m., de aquí dependía un buen negocio y... ¡tuve que cancelarla!...

Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar.

No recuerdo qué dijo, mi mente estaba pensando cómo resolver lo de ése negocio, probablemente podríamos comprar una nueva televisión con el dinero que recibiría.

Juan Rodríguez!... escuché a lo lejos. ¿No está el papá de Juan Rodríguez? dijo la maestra.

- Sí, sí, aquí estoy!! Contesté pasando a recibir la boleta de mi hijo.

Regresé a mi silla y me dispuse a verla.

- ¿Para esto vine? ¿Qué es esto?...

La boleta estaba llena de rojos 08 y 07. Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona viera las porquerías de calificaciones de mi hijo.

De regreso a la casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba...., ¡si le doy todo! ¡Nada le falta ¡Ahora sí le va a ir muy mal!...

Me estacioné y salí del carro, entré a la casa, tiré la puerta y grité:

- Ven acá Juan!!!

Juan estaba en su recámara y corrió a abrazarme.

- ¡Papi!....

- ¡Qué papi, ni que nada!- Lo retiré de mí, me quité el cinturón y no sé cuantos latigazos le di, al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él.

¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!! - terminé.

Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.

Mi esposa no dijo nada, solo movió la cabeza negativamente y se fue...

Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa me entregó otra vez la libreta de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco y me dijo: Léela despacio y después toma tu decisión....


Ésta decía así:

BOLETA DE CALIFICACIONES PARA EL PAPÁ

TIEMPO QUE LE DEDICA A SU HIJO CALIFICACIÓN

1.. En conversar con él a la hora de dormir 08

2. En jugar con él 07

3. En ayudarlo a hacer la tarea 08

4. En salir de paseo en Familia 07

5. En contarle un cuento antes de dormir 08

6. En abrazarlo y besarlo 07

7. En ver la televisión con él 08


Él me había puesto ochos y sietes, a mí!!! Yo me hubiese calificado con menos de cinco...

Me levanté y corrí a la habitación de mi hijo, al verlo quise llamarlo y se me hizo un nudo en la garganta y dos gruesas lágrimas rodaron por mi mejilla en ese instante lo abracé y lloré...Quería regresar el tiempo, pero era imposible...

Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por sus lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: ¡te quiero papi! Cerró sus ojos y se durmió.

¡Que duro es ver nuestros errores como padres desde esta perspectiva!....


Démosle el VALOR a lo que realmente es de valor para nosotros: Nuestra familia!!!

HAY MUCHAS PERSONAS QUE DESEAN UN HIJO Y NO LO TIENEN, DIOS TE DIO UNA FAMILIA APRECIALA, AMALA, COMPRENDELA.


EL DIA DE MAÑANA EL SEÑOR TE PEDIRA CUENTAS POR TU FAMILIA Y ¿QUE LE VAS A CONTESTAR?

Espero te haya gustado...

una gran leccion.

...difundelo

1 comentario:

walter fernando mendoza petrovich dijo...

http://www.laventanita.net/Noticia.asp?IdN=71

A ; JBRIGNOLE

MAS REFLEXIONES
GRACIAS POR FOMENTAR EL AMOR EN LA FAMILIA.
Reflexiones



Carta de un hijo a su padre
08/09/2003 Lecturas: 184.625

No me des todo lo que te pida, a veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.

No me grites, te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.

No des siempre órdenes... Si en vez de órdenes, a veces, me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.

Cumple las promesas, buenas o malas... Si me prometes un premio dámelo, pero también si es castigo.

No me compares con nadie, especialmente con mis hermanos. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor que los demás seré yo quien sufra.

No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decídete y mantén esta decisión.

Déjame valerme por mí mismo, sí tu haces todo por mí, yo nunca podré aprender.

No digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro, me harás sentir mal y perder la fe en lo que me dices.

Cuando yo haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice, a veces ni yo mismo lo sé.

Cuando estés equivocado en algo, admítelo. Crecerá la opinión que yo tengo de ti y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.

No me digas que haga una cosa que tú tu no haces, yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.

Enséñame a amar y conocer a Dios. No importa si en el colegio me quieren enseñar porque de nada vale si yo veo que tú ni conoces ni amas a Dios.

Cuando te cuente un problema mío no me digas: no tengo tiempo para boberías o eso no tiene importancia. Trata de comprenderme y ayudarme.

Y quiéreme, y dímelo, a mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.



Un saludo cordial
Madrid, a 12 de enero de 2110

Seguidores Sin Límite