sábado, 23 de junio de 2012

TAL VEZ


TIM BRIGNOLE
Mi padre a los 18 años
TAL VEZ
Tal vez envejezco demasiado rápido. Pero lucharé para que cada día de mi vida haya valido la pena.
Tal vez yo sufro innumerables desilusiones en el correr de mi vida. Pero haré que ellas pierdan importancia, ante los gestos de amor que encuentre.
Tal vez yo no tenga fuerzas para realizar todos mis ideales. Pero jamás me consideraré derrotado.
Tal vez en algún instante, yo sufra una terrible caída. Pero no quedaré por mucho tiempo, mirando hacia el suelo.
Tal vez un día el sol deje de brillar. Pero entonces me iré a bañar a la lluvia.
Tal vez un día yo sufra alguna injusticia. Pero jamás asumiré el papel de víctima.
Tal vez yo tengo que enfrentar algunos enemigos. Pero tendré humildad para aceptar las manos que se extenderán en dirección mía.
Tal vez una de ésas noches frías, yo derramaré muchas lágrimas. Pero no me avergonzaré por ése gesto.
Tal vez sea engañado innumerables veces. Pero no dejaré de creer que en algún lugar, alguien merece mi confianza.
Tal vez con el tiempo, yo perciba que cometí grandes errores. Pero no desistiré de continuar mi camino.
Tal vez con el correr de los años, yo pierda grandes amistades. Pero aprenderé, que aquellos que realmente son mis verdaderos amigos, nunca estarán perdidos.
Tal vez algunas personas deseen mal para mí. Pero continuaré plantando la semilla de la fraternidad, por donde quiera que yo pase.
Tal vez yo quede triste al concluir que no consigo seguir el ritmo de la música. Pero entonces, trataré que la música siga el compás de mis pasos.
Tal vez yo nunca consiga ver un arco iris. Pero aprenderé a diseñar uno, aunque solo sea dentro de mi corazón.
Tal vez hoy yo me sienta débil. Pero mañana recomenzaré de nuevo, aún si es de una manera diferente.
Tal vez yo no aprenda todas las lecciones necesarias. Pero tendré la conciencia que las verdaderas enseñanzas ya están grabadas en mi alma.
Tal vez yo me deprima por no ser capaz de saber la letra de aquella música. Pero quedaré feliz con las otras capacidades que poseo.
Tal vez la voluntad de abandonar todo, se vuelva mi compañera. Pero en vez de huir, correré tras aquello que anhelo.
Tal vez yo no tenga motivos para grandes celebraciones. Pero no me dejaré de alegrar con las pequeñas conquistas.
Tal vez yo no sea exactamente quien me gustaría ser. Pero pasaré a admirar quien soy. Porque al final sabré que, aún con incontables dudas, soy capaz de construir una vida mejor. Y si aún no me convencí de eso, es porque, como dice aquel dicho: “todavía no llega el fin”…
Porque al final no habrá ningún: “tal vez” y si, la certeza de que mi vida valió la pena y que yo lo hice lo mejor que pude… 

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