Por Walther Mendoza Petrovich desde España
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas
designó el 25 noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer. La violencia contra las mujeres y niñas constituye
un problema de proporciones pandémicas. Al menos una de cada tres mujeres en el
mundo ha sufrido maltrato, ha sido forzada a mantener relaciones sexuales o ha
padecido algún tipo de abuso a lo largo de su vida, generalmente por parte de
alguien conocido.
PARA LAS MUJERES CAÑETANAS : DISOLVER EL CUERPO DEL
DOLOR COLECTIVO DE LAS MUJERES
¿Por qué el cuerpo del dolor es un obstáculo mayor
para las mujeres?
El cuerpo del dolor generalmente tiene un aspecto
colectivo así como uno personal. El aspecto personal es el residuo acumulado de
dolor emocional sufrido en el propio pasado. El aspecto colectivo es el dolor
acumulado en la psique humana colectiva durante miles de años a través de la
enfermedad, la tortura, la guerra, el asesinato, la crueldad, la locura,
etcétera. El cuerpo del dolor de cada uno participa también de este cuerpo del
dolor colectivo. Hay diferentes ramas en el cuerpo del dolor colectivo. Por ejemplo,
ciertas razas o países en los que ocurren formas extremas de lucha y violencia tienen
un cuerpo del dolor colectivo más pesado que otros. Cualquiera que tenga un
cuerpo del dolor fuerte y una conciencia
insuficiente para dejar de identificarse con él no sólo se sentirá forzado a
volver a vivir periódica o continuamente su dolor emocional sino que puede
también fácilmente convertirse en el perpetrador o en la víctima de la violencia,
dependiendo de si su cuerpo del dolor es predominantemente activo o pasivo.
Por otra parte, también pueden estar potencialmente
más cercanos a la iluminación. Este potencial
no se realiza necesariamente por supuesto, pero si usted está atrapado en una pesadilla,
probablemente estará más fuertemente motivado a despertar que alguien que sólo está atrapado en los altibajos de un
sueño ordinario.
Aparte de su cuerpo del dolor personal, toda mujer
tiene participación en lo que podría describirse como el cuerpo del dolor
femenino colectivo, a menos que sea completamente consciente. Este cuerpo está
formado por el dolor acumulado que ha sido soportado por las mujeres, en parte
a través de la dominación de la mujer por el hombre, de la esclavitud, de la
explotación, las violaciones, el dar a luz, la pérdida de los hijos, etcétera,
durante miles de años. El dolor físico y emocional que muchas mujeres sienten antes
y durante la menstruación es el cuerpo del dolor en su aspecto colectivo que despierta
de su latencia en ese momento, aunque puede dispararse en otras oportunidades
también. Restringe el flujo libre de energía vital a lo largo del cuerpo, del cual
la menstruación es una expresión física. Demorémonos en esto por un momento y veamos
cómo puede convertirse en una oportunidad para la iluminación.
A menudo las mujeres son "dominadas" por
el cuerpo del dolor en ese momento. Tiene una carga energética extremadamente
poderosa que puede empujarla a la identificación inconsciente con él. Usted
entonces es poseída activamente por un campo de energía que ocupa su espacio
interior y simula ser usted pero, por supuesto, no lo es en absoluto.
Habla a través de usted, actúa a través de usted,
piensa a través de usted. Creará situaciones negativas en su vida para poder
alimentarse de esa energía. Quiere más dolor, en cualquier forma. He descrito
ya este proceso. Puede ser maligno y destructivo. Es puro dolor, dolor pasado,
y no es usted.
El número de mujeres que se aproxima ahora al estado
completamente consciente excede ya al de hombres y crecerá aún más rápidamente
en los años venideros. Los hombres quizá las alcancen al final, pero durante un
tiempo considerable habrá una brecha entre la conciencia de los hombres y la de
las mujeres. Las mujeres están recuperando la función que es su derecho de
nacimiento y, por tanto, llega a ellas más naturalmente que a los hombres: ser
un puente entre el mundo manifestado y lo No Manifestado, entre la físico y el
espíritu. Su mayor tarea como mujer ahora es transmutar el cuerpo del dolor
para que no siga interponiéndose entre usted y su verdadero ser, la esencia de
lo que usted es. Por supuesto, usted también tiene que manejar el otro obstáculo
hacia la iluminación, que es la mente pensante, pero la intensa presencia que usted
genera cuando maneja el cuerpo del dolor, la liberará también de la
identificación con la mente.
La primera cosa que tiene que recordar es esta:
mientras usted construya su identidad a partir del dolor, no puede liberarse de
él. Mientras una parte de su sentido de sí misma esté invertida en su dolor
emocional usted inconscientemente se resistirá o saboteará cualquier intento
que haga de curar ese dolor. ¿Por qué? Muy sencillo, porque desea mantenerse
intacta y el dolor se ha convertido en parte esencial suya. Este es un proceso inconsciente
y la única forma de superarlo es hacerlo consciente.
Ver súbitamente que está o ha estado aferrada a su
dolor puede ser algo bastante impactante. En el momento en que se da cuenta de
esto, ha roto la fijación. El cuerpo del dolor es un campo de energía, casi
como una entidad, que se ha alojado temporalmente en su espacio interior. Es
energía vital que ha quedado atrapada, energía que ya no fluye.
Por supuesto, el cuerpo del dolor está ahí por
ciertas cosas que ocurrieron en el pasado. Es el pasado que vive en usted y si
se identifica con él, se identifica con el pasado. Una identidad de la víctima
es la creencia de que el pasado es más poderoso que el presente, lo que es
contrario a la verdad. Es la creencia de que otras personas y lo que le
hicieron son responsables de lo que usted es ahora, de su dolor emocional o de
su incapacidad de convertirse en su verdadero ser. La verdad es que el único
poder que hay está contenido en este momento: es el poder de su presencia. Una
vez que usted sabe esto, también se da cuenta de que usted es responsable de su
espacio interior ahora -nadie más lo es- y de que el pasado no puede prevalecer
contra el poder del Ahora.
Así pues la identificación le impide manejar el
cuerpo del dolor. Algunas mujeres que son ya suficientemente conscientes para
haber abandonado su identidad de víctimas en el nivel personal todavía se
aferran a una identidad colectiva de víctimas: "lo que los hombres les
hicieron a las mujeres". Tienen razón, y también están equivocadas. Están en
lo cierto en cuanto que el cuerpo del dolor femenino colectivo se debe en gran
parte a la violencia infligida por el varón a la mujer y a la represión del
principio femenino por todo el planeta durante milenios. Están equivocadas si
derivan un sentido de identidad de este hecho y por lo tanto se mantienen
aprisionadas en una identidad colectiva de
víctimas. Si una mujer aún se aferra a la rabia, el
resentimiento o la condenación, se está aferrando a su cuerpo del dolor. Esto
puede darle una sensación consoladora de identidad, de solidaridad con otras
mujeres, pero la mantiene atada al pasado y bloquea el acceso completo a su
esencia y al verdadero poder. Si las mujeres se excluyen de los hombres, eso
alimenta un sentido de separación y por lo tanto un fortalecimiento del ego. Y
cuanto más fuerte es el ego, más distante está usted de su verdadera
naturaleza.
Así que no use el cuerpo del dolor para darle
identidad. Úselo en cambio para la iluminación. Transmútelo en conciencia. Uno
de los mejores momentos para esto es durante el periodo menstrual. Creo que, en
los próximos años, muchas mujeres entrarán en el estado de conciencia total
durante esos días. Generalmente, es un tiempo de inconsciencia para muchas
mujeres, puesto que son dominadas por el cuerpo del dolor colectivo. Una vez
que usted ha alcanzado un cierto nivel de conciencia, sin embargo, puede
cambiar esto, así que en lugar de volverse inconsciente puede volverse más consciente.
He descrito el proceso básico ya, pero permítame hacerlo de nuevo, esta vez con
referencia especial al cuerpo del dolor femenino colectivo.
Cuando sepa que se acerca el flujo menstrual, antes
de que sienta los primeros signos de lo que se llama comúnmente tensión
premenstrual, el despertar del cuerpo del dolor femenino colectivo, póngase muy
alerta y habite su cuerpo tan plenamente como sea posible. Cuando aparezca el
primer signo, debe estar suficientemente alerta para "atraparlo"
antes de que la domine. Por ejemplo, el primer signo puede ser una fuerte irritación
repentina o un relámpago de rabia, o puede ser un síntoma puramente físico.
Sea lo que sea, atrápelo antes de que domine su
pensamiento o su conducta. Esto significa simplemente enfocar su atención en
él. Si es una emoción, sienta la fuerte carga de energía que hay tras ella.
Sepa que es el cuerpo del dolor. Al mismo tiempo, sea el que conoce; es decir, dese
cuenta de su presencia consciente y sienta su poder. Cualquier emoción a la que
aplique su presencia disminuirá rápidamente y se transmutará. Si es un síntoma
puramente físico, la atención que le dé evitará que se convierta en una emoción
o un pensamiento. Después continúe alerta y espere el siguiente signo del
cuerpo del dolor. Cuando aparezca, atrápelo de nuevo de la misma manera que
antes.
Más tarde, cuando el cuerpo del dolor haya
despertado completamente de su estado latente, usted puede experimentar una
turbulencia considerable en su espacio interior por un tiempo, quizá varios
días. Cualquier forma que tome, manténgase presente. Entréguele su atención
completa. Observe la turbulencia que hay en su interior. Sepa que está allá.
Mantenga el conocimiento y sea el que conoce. Recuerde: no deje que el cuerpo
del dolor use su mente y se apodere de su pensamiento. Obsérvelo. Sienta su energía
directamente dentro de su cuerpo. Como sabe, atención plena significa aceptación
completa.
Por medio de una atención sostenida y por lo tanto
de la aceptación, llega la
transmutación. El cuerpo del dolor se transforma en
conciencia radiante, lo mismo que un trozo de madera, cuando se pone en el
fuego o cerca de él, se transformará en fuego.
La menstruación se volverá no sólo una expresión
gozosa y realizadora de su feminidad sino también un tiempo sagrado de
transmutación en el que usted da nacimiento a una nueva conciencia. Su
verdadera naturaleza brillará entonces, en su aspecto femenino como la Diosa y
en su aspecto trascendental como el Ser divino que es usted, más allá de la
dualidad masculino-femenino.
Si su compañero varón es suficientemente consciente,
puede ayudarla con la práctica que acabo de describirle manteniendo con
frecuencia una presencia intensa, particularmente en este tiempo. Si él
permanece presente siempre que usted caiga en la identificación inconsciente
con el cuerpo del dolor, lo que puede suceder y sucederá al principio, usted
podrá unirse rápidamente a él en ese estado. Eso significa que siempre que el
cuerpo del dolor domine temporalmente, bien sea durante el periodo menstrual o en
otros momentos, su compañero no lo confundirá con lo que es usted realmente. Incluso
si el cuerpo del dolor la ataca, como probablemente ocurrirá, no reaccionará contra
él como si fuera "usted", se retirará o levantará algún tipo de
defensa. Conservará el espacio de intensa presencia. No se necesita nada para
la transformación. En otros momentos, usted podrá hacer lo mismo por él o
ayudarlo a reclamar conciencia de la mente trayendo su atención al aquí y al
ahora, cuando se identifique con su pensamiento.
De esta forma, surgirá entre ustedes un campo de
energía permanente, de una
frecuencia pura y alta. Ni la ilusión, ni el dolor,
ni el conflicto, nada que no sea ustedes y nada que no sea amor puede
sobrevivir en él. Esto representa la realización del propósito divino,
transpersonal, de su relación. Se convierte en un vórtice de conciencia que atraerá
muchos otros.
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