lunes, 26 de septiembre de 2011

Festival Minino - carta desde Australia

Al igual que muchas personas, a mí me encantan los gatos, especialmente las "gatitas". Es por ello que, intrigado, decidí hace poco asistir
a uno de los festivales mininos que suelen realizarse con frecuencia en los diversos estados de Australia.
Lo interesante es que allí se exhiben diversas razas de gatos y se puede
apreciar el cariño y cuidado con el que son criados dichos animalitos por sus dueños
En los países desarrollados, las mascotas, especialmente perros y gatos, son criadas de una manera que ya quisieran tenerla muchos niños pobres de Africa, Asia o Latinoamérica. Ello se debe a que la gente quiere tanto a sus mascotas que los convierte en un miembro más de la familia; con los cuidados médicos y alimentación adecuada para que se mantengan saludables y juguetones.. Otros países del mundo también tienen sus festivales mininos y acabo de enterarme que en el Perú también se llevan a cabo estos festivales, aunque de una manera completamente
distinta a como se llevan a cabo en Australia, ya que por más que a los australianos les gusta y adoran los gatos, pues ellos ni los doran ni los degustan. En San Luis de Cañete, Perú, como parte de las celebraciones patronales en homenaje a Santa Efigenia, se lleva a cabo un festival minino (que equivaldría al festival minino de otros países) el cual forma parte de las costumbres de dicha zona. El día de Santa Efigenia es el 21 de setiembre y por ser ella la primera santa de Africa, los negros de muchas partes del mundo la han tomado como su patrona. La carrera de gatos forma parte de las actividades que comprende el festival minino en San Luis de Cañete, pero lo que atrae más a los asistentes es el "Gato a la Parrilla en salsa de Huacatay" y el sabrosísimo y suculento, como para chuparse los dedos, "Gato al maní", aparte de otras especialidades gastronómicas hechas teniendo como base a los mininos. La novedad del festival gastronómico del gato de este año, en Cañete, ha sido el presentarse los siguientes apetecibles platos: "Gato al horno con legumbres al aceite al olivo", "Carapulcra de gato", "Gato frito macerado en pisco o
vino", "Adobado de gato" y "Chi Jau Cat" (una mezcla de la cocina oriental con la criolla, a base de gato). Tal vez a algunas culturas les cause asombro el que los mininos terminen en el estómago de los habitantes de algunos pueblos, pero en muchos lugares del Asia también adoran, y doran, a los mininos formando parte de su cultura culinaria. En estos tiempos de globalización de las telecomunicaciones es fácil poder informarse sobre las costumbres culinarias de ciertos pueblos que si muy bien para uno puedan resultar extrañas, o no agradables, en cambio para los habitantes de los pueblos aquellos es algo normal y forma parte de sus costumbres y tradiciones que, pienso, hay que tratar de entender y respetar. Los criollos de antaño, y algunos de los actuales, gustaban mucho el saborearse algún plato hecho a base de gato. Es conocido que muchas jaranas criollas de antaño, especialmente las de Malambo, no eran verdaderas jaranas si la casa no preparaba un seco o estófado de gato para los invitados. La tradición nos cuenta sobre un personaje rimense apodado "Monumento" que era el invitado especial, en la cocina, de las jaranas de Malambo ya que era el que mejor preparaba el famoso "Seco de gato". En la Lima antigua, a algunos, no sólo les gustaba tener al gato en el estómago sino que una calle de Lima adoptó el nombre del tan querido minino. La calle del Gato, actual cuarta cuadra del Jr. Azángaro, no fue bautizada de esa manera en honor a algún gato de casa o gato techero sino que, según nuestro tradicionista Ricardo Palma, "Gato" era el apellido de un adinerado boticario de Lima que en tiempos de la colonia instaló en dicha calle su afamado establecimiento, por lo que el pueblo empezó a llamar a la calle aquella con el apellido del boticario. La Iglesia de San Pedro se encuentra en dicha calle. Volviendo a los festivales mininos, algunos han tomado dichos festivales como coartadas de sus escapadas o "tiradas de cana al aire". Un conocido mío, que me reservo su nombre, regresó un día a su casa con toda la espalda arañada y su disculpa fue que había estado en un festival minino. Es comprensible aquello ya que a veces yo he terminado con las manos y brazos arañados por acariciar y jugar mucho con la gata de mi vecina. Pero no vayan a tomar los festivales mininos como disculpa para escaparse de casa sino que les sirva para que puedan dar rienda suelta a su gusto por los mininos... ya sea que los aprecien vivos o que sea su estómago el que más los aprecie. Dario MejiaMelbourne, Australia dariomejia999@yahoo.com.au http://www.facebook.com/people/Dario-Mejia/768349504 Escrito el 20 de Septiembre del 2008 Actualizado el 25 de Septiembre del 2011 (en honor al gato, olvidado en Mistura)

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