miércoles, 30 de septiembre de 2009

De vocación periodista


Ante lo que se ve, se siente y se comenta, no me queda más que trasladar a ustedes este artículo publicado en la web de la Universidad de Piura por una Periodista Profesional, la que no sólo concibe el periodismo con lucha, escrutinio, energía y valentía sino que también manifiesta su ardor en contra de lo que está malogrando el periodismo puro, gente que sin ton ni son agarra micrófonos o cámaras. Tal vez por la pinta, la niña o la Santa María pero que no hacen suya esa pasión por llegar a las concepciones que ella transmite.
Ante ustedes este artículo, a quien le caiga el guante que se lo chante, yo solo sé que en algo puedo colaborar como Comentarista, para los que se sienten PERIODISTAS FELIZ DÍA, para el resto, que les aproveche el almuerzo.

De vocación periodista
Por Nancy Salas Andrade (*)
Yo aun recuerdo cuando en la universidad me preguntaron por qué quería estudiar periodismo y muy ufana escribí que porque era el arte de escribir. Concebía el periodismo sólo como la posibilidad de poner por escrito mi curiosidad por la vida. Allí, en las aulas, recién entendí lo que era ser periodista, una vocación que empalmaba muy bien con mi temperamento y afanes, porque, señores, al periodista le mueve una pulsión batalladora, de lucha, de escrutinio, de cuestionamiento de por qué las cosas son así y no de otra manera.
El periodismo es una actividad vital, que necesita de energía y valentía, porque es búsqueda de lo que está desordenado, oscuro, oculto. Organizamos la realidad para que otros la entiendan, sacamos a la luz lo que otros quieren que quede velado, celebramos también la vida y sus logros, aunque de esto se ocupen ya muy pocos. Esta tarea no es fácil, sobre todo en nuestros pueblos donde la miseria humana ha ganado tanto espacio en todas las instancias.
El periodista tiene un compromiso con la sociedad, cuando se olvida de ella y se ata a otros intereses se corrompe. Asumir este reto no es fácil para un periodista al que le cercan otros imperativos, no sólo de su propia actividad (la estresante rapidez de la publicación, la escasez de tiempo y recursos para investigar, entre otros) sino anexos a ella, como ganarle a la competencia o tener el mejor rating o ventas, ventajas que al periodista le darán crédito o prestigio como buen profesional que sabe su oficio. A ello se suma para el desánimo: los sueldos a ras de suelo y las inacabables jornadas de trabajo.
A pesar de todo lo dicho, en nuestro país y en estos momentos, el periodismo es una de las actividades profesionales menos apreciadas por cualesquiera, a pesar que siguen egresando miles de periodistas de las aulas universitarias. La razón es muy simple, el periodismo no es todo lo bueno que debería ser. En gran medida ha perdido credibilidad ante los públicos, y eso se debe a varias razones.
La primera de ellas es que hay muchos "improvisados" que están en los medios de comunicación fungiendo de periodistas: sociólogos, psicólogos, economistas, abogados, ingenieros; profesionales -y caras bonitas- que tendrán su valor pero que sólo intuyen lo que es el periodismo, razón por la cual lo que para un periodista es claro, se vuelve borroso y difuso para ellos. Pero los peores "polizontes" son aquellos que reducen la actividad periodística a una mecánica de mercadeo: la información es un producto de oferta y demanda. Que vende lo espectacular, lo morboso, lo escandaloso, pues eso se oferta. Una vez cogida esa pendiente, hasta el despeñadero: el envilecimiento del trabajo. Así de claro.
Otra razón está dentro de las propias empresas de medios, de parte de los directivos, de aquellos que dirigen no sólo el estado de cuentas de la empresa, sino que acartonan la información y la opinión de los periodistas, aquellos que tienen intereses políticos, económicos, de clase, y otros, que son los cernideros de todo lo que el periodista lleva a la sala de redacción.
Y, finalmente, está la actitud de algunos periodistas poco combativos para luchar por la verdad fáctica, que es conocimiento. Aquellos conformistas que sólo se convierten en meros vehículos de lleva y trae, sin que se mojen en un compromiso por esclarecer las situaciones, los grandes problemas, sobre las que el lector está desorientado. El buen periodista es acucioso en la investigación de las fuentes, que son las que muchas veces le dan cebo de culebra para desorientarle y manejarle a su antojo. Sólo el conocimiento de la vida y el hombre nos vuelve zahoríes, a no ser que la necedad haya nacido con nosotros. Pero el periodista, sobre todo, será honesto con respecto a su propia percepción de la realidad. Él, que la vive y la palpa.

Somos periodistas, unos desde el caldero de la profesión, otros, como la que escribe, enseñando, pero todos, creo yo, con la misma vocación porque la realidad se torne en mensajes útiles que le sirvan al ciudadano para mantenerse enterado de lo que le rodea, sobre todo de aquello que le incumbe para saber decidir en torno a su vida y a su comunidad.
Feliz día del periodista, para todos, y más que nada para aquellos que viven esa pasión inquietante por quitar los velos que ponen todos aquellos que maquiavélicamente nos quieren ocultar o disfrazar lo que es de nuestro interés. Salud, por nosotros.

4 comentarios:

Don Antonio dijo...

Señor Brignole, siempre se nota algo de soberbia en sus comentarios radiales, televisivos o escritos. Con el respeto que se merece, creo que el hecho que se sienta "comentarista" no significa que sea usted periodista, así tenga un programa televisivo o participe de un programa radial, bien podría estar también en ese resto que usted dice “aprovechará el almuerzo", quienes se supone son los improvisados y no periodistas profesionales, que nuestro medio son pocos.

Creo que el periodismo no es asunto de sentimiento, no sólo es cuestión de "sentirse" periodista, abogado o médico para serlo, sino de estudios, capacitación y experiencia...y de otras virtudes que bien hace mención la periodista Nancy Salas en el artículo que usted publica, sobre todo en lo referente al compromiso del periodismo con la sociedad. Considero que la humildad también es una virtud importante que todo periodista, "comunicador social" o "comentarista" debe poseer.

He escuchado algunos comentarios suyos en la radio y el trato que da en ocasiones a algún invitado o persona que llama opinando por alguna situación deja mucho que desear…la verdad algunas veces se sentido vergüenza ajena. Es muy desagradable notar en sus actitudes altanería e irrespeto con ellos, siempre dejando entrever que usted es absoluto dueño de la verdad o que su opinión es irrefutable o más importante. Le sugiero que deje de ser menos arrogante y que controle su vehemencia y sea más tolerante, tenga muy en cuenta que el público y sus oyentes merecen respeto y que los gritos y los insultos no deben se parte de una actividad en la cual siempre habrá ideas opuestas y opiniones divididas, y que su labor frente aun micrófono es informar y buscar la verdad, fidedigna y verificable, siempre emitiendo opiniones con la altura y el respeto que merecen todas las personas incursas en determinada cuestión, sean víctimas o culpables.

Espero tome a bien mis apreciaciones que se las hago saber sin otra intención que hacerle una sana crítica constructiva, haciéndole notar errores o actitudes indebidas que no le favorecen para nada en las actividades públicas que realiza.

Por otro lado, aprecio y felicito la labor que viene desarrollando en bien de la cultura de nuestra provincia y su afán e iniciativa por desarrollar una actitud crítica en el terreno práctico sobre hechos relevantes que conciernen a la sociedad cañetana, investigando situaciones que atañen a nuestra provincia y que resultan poco transparentes, por decir lo menos, y que todo ciudadano de nuestra provincia desea saber o esclarecer. Pienso que su labor mientras sea realizada dentro de la ética y deontológica profesional será encomiable y siempre digna de reconocimiento.

Unknown dijo...

Don Antonio
Gracias realmente por cada una de sus palabras.
Debo reconocer que por tanta traba que se pone a mis deseos de demostrar haber cambiado, peco en muchisimas ocasiones de "agresivo verbal"
Su crítica espositiva y la atesoro, ya Dios me diera la oportunidad de recibirla mas seguido.
Cuente usted que seguiré sus palabras asi como el compromiso de seguir en la lucha por la verdad a mis casi 50 años
Un abrazo y felicidades si es usted Periodista

Anónimo dijo...

Walter Fernando Mendoza Petrovich DIJO....

Sr. Jorge Brignole

No viva con el temor y la culpa.
MUCHOS, viven en la cobardía y la hipocresía de comportamientos, errores y fechorías y SON INCAPACES DE RECONOCERLO.
POCOS son los que tienen el VALOR de ADMITIRLA.
Prescinda de JUICIOS de otros; especialmente los DESTRUCTIVOS.
Allí, tiene un comentario de personas de mentes claras y de una sutíl crítica constructiva de DON ANTONIO; pero con un mensaje claro de optimismo para que Ud., siga adelante con -VISIBILIDAD - Verdad, que requiere CAÑETE Y LOS CAÑETAN@OS.
DIOS LE AYUDE!! A VIVIR UNA VISION MAS GRANDIOSA.
Sé que eso es lo que Dios desea para todos nosotros.

Atte.
Walter F.Mendoza
Madrid, 1 de octubre de 2009

Unknown dijo...

Gracias por esas palabras Walter
las siento de corazón y el se ve fortalecido por ellas
Un abrazo

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